ANTECEDENTES HISTÓRICOS DESDE 1754 HASTA NUESTROS DÍAS
Cuando el andar del tiempo va dejando sobre las cosas de la
vida la amarillenta pátina de lo antiguo hace que ellas nos sean indiferentes.
Y sin embargo, cuántas son las veces que quitando ese polvillo del pasado que
las cubre hallamos en ellas sorpresas agradables.
Por eso, estimado lector, el tiempo que os robará esta breve
reseña histórica, arrancando el velo de los tiempos idos a muchas cosas de este
pueblo, os hará conocer detalles que el afanoso andar de los años ha borrado
con las materialidades de la vida actual.
En la búsqueda de datos históricos que me proporcionasen
elementos de juicio para poder haber hecho un estudio más amplio, la suerte me
ha sido propicia y lo digo así en razón de que antiguamente se les asignaba
escaso valor a los hechos y documentos de la época que pudiesen arrojar alguna
luz sobre los acontecimientos ocurridos, salvo aquéllos que llevaban en sí el
valor histórico de la formación de nuestra nacionalidad, por cuya razón, para
el investigador de hoy, es una ardua tarea hallar antecedentes precisos que nos
hablen del origen o la formación de los pueblos.
Por ello me he visto obligado a recurrir fuera de las
escasas fuentes históricas que he podido encontrar en los archivos, a los
relatos de algunos de los pocos vecinos antiguos que quedan que si bien es
cierto entre unos y otros existe disparidad en ciertos detalles, en el fondo
son coincidentes, por lo que he aceptado como con mucho visu de verdad las
narraciones que de algunos de ellos he recogido.
De aquellas investigaciones, de estos relatos, en algo he
podido reconstruir los orígenes de la
formación de esta avanzada de la civilización que vino con el andar de los años
a formar este pueblo, el cual quien sabe qué destino le tiene deparado el andar
sigiloso del tiempo y que quizás este modesto trabajo sea una pequeña
contribución para los espíritus investigadores de las generaciones venideras
que quieran saber de las actividades y de los hechos de los que vivieron antaño
en estos lugares.
Este trabajo es un simple bosquejo histórico para que los
habitantes de este pueblo puedan tener alguna noticia sumera de cómo se formó
el mismo b ajo el nombre de Santa Rosa, comúnmente conocido erróneamente por
Ituzaingó.
UN CAPITÁN DE HUESTES ESPAÑOLAS FUE DUEÑO DE LO QUE ES HOY
ITUZAINGÓ EN EL AÑO 1754
Existió en la época de la conquista un capitán de las
huestes españolas, llamado don Diego Rodríguez Flores, a quien como a todos los
de su clase que llegaron a las orillas del Plata en esos años y a mérito de los
servicios prestados al Rey, tocóle por Real Cédula una “suerte”(1) de tierra.
Estas ”suertes” representaban, aproximadamente media legua de frente por una de
fondo, y siempre fueron individualizadas
por accidentes naturales del terreno y muy especialmente para ello se buscaba
un arroyo o corriente de agua (llamados en ese entonces “lengua de agua”) y con
mayor interés, por cierto, un río navegable; a falta de estos accidentes el
punto de referencia era una barranca, cima o un camino principal.
(1)Nota del editor:
Decíase de la parte de tierra de labor, separada de otra por sus lindes.
Y así fue como el mencionado capitán don Diego Rodríguez
Flores, en virtud de una de esas mercedes reales fue dueño en el año 1754, de
una de las suertes principales de Conchas, hasta topar con tierras repartidas.
Tierras repartidas, en aquel entonces eran las que ya habían
salido del dominio real y también aquellas que eran de pertenencia de militares
o particulares a mérito de reales órdenes.
La expresada suerte que correspondió al capitán don Diego
Rodríguez Flores tenía un arranque fijo en las márgenes del río Las Conchas y
frente al Nord Oeste, sobre el antiguo trazado del Camino a Córdoba (hoy calle
Gaona).
Y las tierras repartidas de esta zona arrancaban de la
Cañada del pago de Morón, con un fondo de media legua hacia el Sud Este.
Por las características topográficas del terreno y otros
hechos que las rodean llego a la hipótesis de que la referida Cañada del pago
de Morón viene a ser hoy la parte aquella situada en el bajo que existe entre
las actuales estaciones Morón y Castelar (conocidas por tierras de Lértora),
que están atravesadas por el llamado arroyo de Morón o de Maison donde aun
quedan vestigios de una antigua población que fue de la vieja familia de
Maison.
De manera que con la relación que precede creo que he
determinado la situación de las tierras que comprendían la suerte real que fue
del capitán don Diego Rodríguez Flores, quien las poseyó como he dicho, desde
el año 1754.
De esto hacen hoy casi 200 años!!!
POR 20 PESETAS SE VENDIÓ TODO ITUZAINGÓ EN 1807
El referido capitán se desprendió de esas tierras,
pasándolas a título de venta a su sobrina doña Melchora Romero, la que se
obligó a satisfacer su precio de “22 reales” en diversas cuotas.
La fecha exacta de este hecho no he podido obtenerla, pero
de una forma evidente consta en un documento privado que he encontrado y del
cual paso a ocuparme a continuación.
El expresado documento en la parte que interesa a este
trabajo, textualmente dice así:
“Digo yo Faustino Rodríguez Flores, como heredero y
apoderado de los demás interesados de un terreno que mi finado abuelo el
capitán Diego Rodríguez Flores pactó venderle a su sobrina Melchora Romero en
la Cañada de Morón sobre el Camino que llaman de Córdova, lindero a los de
Poveda y con sus rumbos al Nord Oeste y Sud Este, que deslinda de los fondos de
suertes principales de Conchas hasta topar con tierras repartidas, como así lo
acreditan los instrumentos de su compra que lo fue por la suma y cuantía de 22
reales, lo paso en venta a don Francisco Ponce de León, hijo mayor de la
susodicha doña Melchora, en razón de haber aquélla enviudado y carecer de los
medios para hacer frente a su pago…Ese documento está fechado en Buenos Aires
el 31 de mayo 1807 y estableció como precio en favor del hijo de doña Melchora
Romero, la suma de 40 reales…
Al pie del mismo existe una liquidación hecha por el
referido don Faustino Rodríguez Flores, referente a la forma en que don
Francisco Ponce de León cumplió con la obligación de abonar el precio de esas
tierras y que, por lo interesante, reproduzco fielmente.
Ella está concebida en los siguientes términos:
“Entregado por Francisco a cuenta de terreno… 24 rls.
El 15 de noviembre de 1810, dio… 7 rls.
En septiembre de 1811 dió 8 rls.
Total… 40 rls.
Así fue como estas tierras vinieron a ser de don Francisco
Ponce de León, antiguo vecino del pago de Morón, donde estuvo radicado allá por
el año 1809.
El referido vecino contrajo matrimonio con doña Antonina
Arévalo el 9 de noviembre de 1809, en el curato del pago de Morón, habiendo
fallecido allí mismo el 5 de julio de 1840 y su referida esposa en el año 1860
(la fecha exacta no me ha sido posible constatarla).
Don Francisco Ponce de León y su esposa doña Antonina
Arévalo, tuvieron dos hijos nacidos en Morón: Bibiano el 4 de diciembre de 1811
y Juana el23 de agosto de 1813.
Doña Juana Ponce de León casó con don Juan Esteban Figueroa
y de este matrimonio tuvieron un hijo llamado Avelino.
Las fechas de esos hechos no he podido obtenerlas en mis
investigaciones.
De manera que de la familia Ponce de León dueña de estas
tierras desde el año1807 solo quedaron como descendientes directos del tronco
de la misma (don Francisco Ponce de León, su hijo Bibiano y su nieto don
Avelino Figueroa).
Ahora bien; nos vamos acercando a la época en que en estas
tierras hubieron los primeros vestigios de la formación de un vecindario que
más tarde se convirtió en un pueblo fundado por don Manuel Rodríguez Fragio,
pero antes de continuar mi relación de antecedentes al respecto, me apartaré en
algo de los mismos, por ser muy interesante conocer otros detalles referentes a
los orígenes de estas tierras, que
parece que el destino las hubiese condenado a ser materia de largos litigios,
que no los trato porno ser de la índole de este trabajo.
El 12 de octubre de1840, ante el Juez de Paz del partido de
Morón, don Tomás F. de Cieza, don Francisco Ponce de León (fallecido como lo
hemos visto anteriormente el 5 de julio de 1840…?) declaró venderá don …
(nombre que reservo para no herir
susceptibilidades, desde que aun existen descendientes del comprador),
un campo que arrancaba de los fondos del terreno que fue del finado Bartolomé
Figueroa, con el camino real lindero al
Sud (hoy es el camino Morón-Luján), que va rumbo al Oeste, en dirección a la
casa de la Loma o Tijera (este punto de referencia no he podido ubicarlo), por
todo el fondo al Norte, hasta dar con el camino viejo de Córdova (hoy calle
Gaona) o suertes principales del río de Las Conchas, cuyo campo dice el
referido documento, es parte de lo que correspondió a don Francisco Ponce de
León, a mérito de documentos otorgados el año 1821 en favor de su señora madre
doña Melchora Romero.
Esa es precisamente la parte del campo que originariamente
fue del capitán don Diego Rodríguez Flores en la cual se trazó años más tarde
el pueblo Santa Rosa. Dije que muerto don Francisco Ponce de León, le sucedieron
su hijo Bibiano y el nieto don Avelino Figueroa, en la propiedad de 482
hectáreas, 4460 cts. cuadrados.
El 1° de octubre de 1863 don Manuel Rodríguez diciéndose
sucesor de los derechos de los referidos descendientes de Ponce de León,
justificó la posesión de estas tierras el 14 de junio de 1864, y entre los
deponentes para demostrar el hecho, figuran los vecinos Mateo Vázquez, José
Quejereta, José Alvarez, Miguel Bayero, Luis Pellón, José Pardo, Vicente
González, José Ibarra, Wenceslao López y José Pardo (hijo).
Así fue como estas tierras pasaron al dominio de don Manuel
Rodríguez Fraio, en las cuales el año 1872 fundó este pueblo.
Muchos años antes del hecho citado, o sea el 14 de octubre
de 1827, el Gobierno había encomendado a un Agrimensor señor Romero, que
hiciera un relevamiento de todas las tierras que estuvieran en poder de
terceros y que fueran originarias de las antiguas suertes de Las Conchas, y
entre ellas ubicó las que fueron del finado capitán don Diego Rodríguez Flores,
con frente al antiguo camino que va a Córdoba y con un fondo que llegaba hasta
el camino que va a Merlo (hoy camino Morón –Luján), estableciendo además que en
ese entonces esas tierras eran de pertenencia de don Francisco Ponce de León, y
que limitaban por el lado del Este con las tierras repartidas de la Cañada de
Morón.
HACIA 1827 EL PUENTE MÁRQUEZ ERA LA ÚNICA VÍA DE
COMUNICACIÓN CON EL NORTE DE LA REPÚBLICA
Más tarde en el año 1839 el Agrimensor don José María Manso
anduvo mensurando estas tierras y las ubicó con frente al antiguo camino a
Córdoba y en su trabajo hace una referencia interesante de la existencia de una
posta conocida por de Pardo cerca de la población de Pellon y que atravesaba el
campo en dirección al Puente de Márquez.
La existencia del expresado puente también la hizo notar en
el año 1827 el referido Agrimensor Romero y en esos años tuvo su importancia, en razón de que era el
paso obligado para trasponer el río Las Conchas, porque no existía el actual
puente entre los partidos de Merlo y Moreno, de lo que también me ocupo en este
trabajo, por tener relación directa con las actividades del fundador del pueblo
Santa Rosa.
Así es que en aquellos años la ruta obligada de todo el
tráfico del Norte de la República para llegar a Buenos Aires era el paso del
Puente de Márquez y seguir por el antiguo camino a Córdoba (hoy calle Gaona).
El campo de don Luis Pellon, que cita el Agrimensor Manso en
su trabajo estaba situado al Sud del antiguo camino de Morón a Merlo y era
lindero a la suerte que fue del capitán Diego Rodríguez Flores (mensura del año
1827 del Agrimensor Romero).
LA FAMOSA POSTA DE PARDO DEBIÓ ESTAR UBICADA POR EL AÑO 1825
EN EL ACTUAL TRAZADO DE ITUZAINGÓ
Ese antecedente como la referencia que hace el Agrimensor
Manso de que la posta de Pardo estaba cerca de la población de Pellon y que en
sus diligencias atravesaba el campo en dirección al Puente de Márquez con las
consiguientes reservas me hace sugerir las siguientes apreciaciones:
Que el hecho de haber existido ya en esa época el antiguo
camino a Merlo, dentro del campo que fuera del capitán Rodríguez Flores, su
límite por el Sud con el campo que fue de Pellon y el camino que usaba la posta
para llegar al Puente de Márquez cruzando el campo, trae la presunción o la
casi seguridad de que la posta, si no estaba dentro del trazado del actual
pueblo Santa Rosa por lo menos su ubicación era muy próxima al mismo, desde que
saliendo de Morón hacia el lado de Merlo, ya existía uno de los boliches más
antiguos de estos lugares (en la actual calle Santa Rosa, lindero a la casa que
hoy es del vecino señor Arnal, el de Pedernera), y teniendo en cuenta que esos
negocios generalmente fueron los primeros vestigios de población en aquellas
épocas, no sería difícil de que la posta estuviese situada en sus inmediaciones,
dada la vinculación que siempre entre sí, han tenido en los albores de nuestra
civilización una y otra cosa, para el mejor desarrollo de sus actividades, pues
generalmente en nuestra campaña los boliches o pulperías fueron las estaciones
obligadas de las diligencias que iban al interior, por las comodidades que
ofrecían al pasajero y al personal encargado de atender esos servicios.
Otro detalle sugerente para abonar mis deducciones es el
siguiente:
Ya en el año 1827 existía en el paso obligado por el Puente
de Márquez y si la posta de Pardo atravesaba el campo que fue del capitán
Rodríguez Flores, hace presumir que el rumbo que tomaba la misma era la actual
avenida llamada Puente Márquez, que arrancando del camino Morón-Luján, aun en
la actualidad nos lleva hasta las inmediaciones del referido puente.
Esa posibilidad está abonada, además, por la existencia de
un antiguo negocio que existió en las inmediaciones de ese puente, que llamaban
el boliche de Naón (interesante personaje de quien me ocupo más adelante), y
que no hay duda también tuvo su singular importancia, por el intenso tráfico
que se operaba en ese lugar.
Por ello, dejando a salvo el error en que pueda incurrir, me
inclino a pensar que la posta de pardo habrá usado en aquel entonces el
referido camino, salvo que los campos hayan sido abiertos y entonces hubiese
hecho su servicio a través de los mismos.
Respecto a los otros medios de comunicación de ese entonces,
me ocupo más adelante.
LOS PRIMEROS ALBORES DE VECINDARIO. VÍAS Y MEDIOS DE
COMUNICACIÓN DE LA ÉPOCA
Allá por el año 1860 estuvo por estos lugares el Agrimensor
Khur haciendo una mensura de estas
tierras, llegando a las mismas conclusiones que los agrimensores Romero y Manso
en lo referente a la ubicación de la
suerte del capitán Rodríguez Flores, pero en su pericia ya se nota la
existencia de un vecindario más importante, pues cita a diversos propietarios
de campos, linderos al que fue materia de su estudio, y entre ellos menciona
las siguientes personas: Pedro Arispe (sucesor de Pellon), Cieza, González,
Cardoso, Rodríguez, Márquez, Miranda, Lozano, Manrique, Alvarado, etc.
Quiere decir que ya existían poblaciones de mayor o menor
importancia aunque bien es cierto, con una cierta distancia entre sí. Además,
el referido señor Khur, en su mencionado trabajo hace constar la existencia de
la vía del ferrocarril del Oeste, un nuevo camino de Morón a Puente Márquez
(más o menos a unos 1500 metros al Norte de la vía) y un nuevo trazado del
antiguo camino a Córdoba (a unos 1300 metros más al Sud del anterior, o sea el
referido en los trabajos de los agrimensores Romero y Manso).
Entre los vecinos linderos, según el señor Khur, figura el
señor Márquez y lo ubica en las inmediaciones del antiguo Camino a Córdoba (hoy
Gaona) rumbo Nord Oeste de la suerte del capitán Rodríguez Flores, o sea en las
proximidades del puente antes referido que lleva ese nombre, el cual no hay
duda debe de haber estado ubicado dentro de los dominios de ese señor, por cuya
causa ha llevado como hasta hoy la denominación de “Puente de Márquez”.
Ahora me ocuparé de las vías y medios de comunicación que
más comúnmente existieron en ese entonces, hasta muchos años después del paso
del ferrocarril por este pueblo.
Si bien es cierto que ya funcionaba (año 1860), ese medio
moderno de transporte, tenía su inconveniente en el hecho de que sólo había
estación en Morón y en Merlo, y por esa razón resultaba un trastorno hacer el
intercambio de productos utilizando el ferrocarril.
Generalmente en aquellos años existía
la preferencia de hacer el intercambio comercial por Morón, desde que ya
era una población de importancia, lo que puede imaginarse el lector, desde que
hemos visto que ya existía en el año 1809 el curato, con su correspondiente
facultad de autorizar matrimonios y los demás actos inherentes a la vida civil.
Bien; los caminos que se utilizaban entonces como
principales vías de comunicación tenían la siguiente ruta: por el Camino de
Córdoba (calle Gaona) hasta la intersección del actual camino que va desde
Morón a Hurlingham, o de no, la actual avenida Puente Márquez que cruza este
pueblo, saliendo del actual camino Morón-Luján hasta llegar a un centenar de metros al Sud-Este, del puente del mismo
nombre; y posteriormente también fue utilizada la actual calle Santa Rosa.
Con respecto a la actual avenida Puente Márquez debo decir
que en su época tuvo singular importancia por haber sido una de las rutas más
directas que tenían las tropas en general para llegar a Morón o desviarse hacia
el lado de Buenos Aires. Sin embargo en ese camino siempre se luchó con un
famoso pantano, lo que dio lugar a que por mucho tiempo nadie pasara por esos
lugares y que recién ahora la tesonera labor del malogrado Intendente Ratti lo
ha hecho desaparecer. Al respecto existe un relato sobre ese pantano de que el
antiguo vecino don Jacinto Salomón dirigiendo una tropa de carros cayó al
mismo(que estaba frente al antiguo campo de Leonardo)y pasó toda la noche entre
el barro, luchando para salvarse él y su cabalgadura, lo que consiguió después
de grandes esfuerzos.
Por esa circunstancia en las épocas de lluvias el tráfico se
desviaba unas cuadras más hacia el Este sobre Gaona y se tomaba la actual calle
Brandzen que según refieren aunque tenía algunos pantanos, eran más fáciles de
salvar que los que existían en la otra ruta.
Y en cuanto a la otra parte del tráfico, también se hacía
por la actual calle Santa Rosa o se seguía el antiguo camino a Córdoba (calle
Gaona) como lo dije anteriormente.
Pero esta última ruta también tenía su inconveniente, desde
que en ella se formaba otro gran pantano en las inmediaciones de la actual
quinta del señor Mihanovich, donde a simple vista se nota que es un bajo y allí
fue donde en una oportunidad don Gabriel Rodríguez (uno de los primeros
pobladores de esa zona) salvó a tiro de lazo a un resero que se estaba ahogando
en el lodo de aquel pantano y no pocos también han sido los animales que
perecieron en el mismo al paso de las tropas en dirección a Buenos Aires.
Pensemos entonces las proezas y penurias de aquellos hombres
que nos trajeron con su labor el adelanto en estos lugares; bien vale la pena
recordarlos con cariño un instante!
Sin embargo, ya el progreso en estos sitios exigió una nueva
ruta y así fue que evitando el vadeo del río Las Conchas entre los partidos de
Merlo y Moreno se formó una nueva e importante vía de comunicación que llegó a
ser en la actualidad el orgullo de todos los habitantes de estos lugares: el
Camino Morón –Luján y su hermoso puente en el río Las Conchas entre los
referidos partidos.
Y es así como el Puente de Márquez fue aliviándose en su
tráfico, hasta quedar hoy reducido a un apacible lugar histórico, donde se
puede ir tranquilamente al pie de su viejo armazón a meditar en las cosas que
el andar de los años van alejando cada vez más de nosotros mismos.
Antiguamente el lugar donde está ubicado el puente llamado
“Moreno” era conocido por el “Paso del Cañón”.
Se le llamaba así porque en el lugar preciso donde se
vadeaba el río (varios metros al Sud de donde está el actual puente de las vías
del ferrocarril)existió muchísimos años semienterrado, un antiguo cañón con la
boca para arriba, que dicen era de bronce y de gran tamaño cuya reliquia ya
hace algunos años fue extraida por un vecino de esos lugares (cuyo nombre no
viene al caso), y que presumo que sus descendientes lo conservarán
asignándole el valor histórico que le
corresponde.
PARA CRUZAR EL PUENTE MÁRQUEZ EN 1871, DEBÍA ABONARSE UN
IMPUESTO, DE ACUERDO A SU TARIFA
Como el vadeo del río, natural es debió hacerse siempre
supeditado al estado de crecimiento de sus aguas y dada la necesidad de aliviar
el tráfico en el Puente de Márquez; el que más tarde fuera fundador de nuestro
pueblo don Manuel Rodríguez Fragio, en unión de otras personas ofreció al
Gobierno la construcción de un puente en ese lugar reservándose el derecho de
cobrar el peaje, y así fue como el 10 de agosto de 1871 fue aprobado el
referido convenio estableciendo la siguiente tarifa para el paso por el puente:
Lanares, 10 reales el ciento
Vacunos, 2 reales por cabeza
Cerdos, 1 real por cabeza
Caballos sueltos 2 reales por cabeza
Caballos montados, 4 reales por cabeza
Rodados en general , 5 reales cada uno
Pasado el puente aun existe un edificio antiguo, siempre muy
blanqueado y exhibiendo con hidalguía sus viejas líneas, que es donde existió
el primitivo boliche donde había que abonar el derecho de peaje para pasar el
puente; y en la actualidad vive aún don Felipe Rodríguez, hijo del fundador del
pueblo, quien me ha narrado que siendo él muy niño su padre le dedicaba las
horas del día para cuidar el paso del puente y percibir los respectivos
derechos.
Evoquemos ese pasado y pensemos lo que la gente de ese
entonces tenía que abonar para poder utilizar en sus trabajos ese puente, que
hoy se cruza con indiferentismo a altas velocidades con el moderno medio de
turismo, sin que nadie tenga que abonar un céntimo.
Sin embargo me hace pensar la reflexión de que a pesar de la
existencia del nuevo puente, el antiguo de Márquez conservó siempre una
relativa importancia (me refiero alrededor de los años 1871, más o menos), en
razón de que hasta algunos años después existió en sus inmediaciones un negocio
del cual haré un relato:
LA PULPERÍA DE NAÓN FUE EL EJE DE LAS ACTIVIDADES DE AQUELLA
ÉPOCA (1870)
Ese negocio estaba
situado a la vera del antiguo Camino de Córdoba, a inmediaciones de donde está radicado actualmente el Club de
Polo “Los Pingüinos” en el campo del doctor I. Sergio Ramírez y propietario del
mismo lo fue don Miguel Naón, quien a la vez era Juez de Paz.
Del mismo cuentan que tenía una singular valentía y que
siempre en sus andanzas de una manera o de otra, todo le salía bien, teniendo
como segundos a cuatro famosos peones que eran los encargados de vigilar el
paso de las tropas y cobrar los derechos de tránsito que existían en aquel
entonces para pasar de un Partido a otro y como precisamente el referido puente
de Márquez siempre como hasta hoy fue el límite de los partidos de Morón y
Moreno, el punto era estratégico para hacer la vigilancia correspondiente.
Dicen que haciendo uso de su autoridad ejercía una especie
de supremacía con los arrieros y los vecinos del lugar, siendo no pocos de
ellos los que por él fueron enviados a la frontera a prestar servicios contra
los malones de los indios.
Me han referido que en una oportunidad aplicó no sé por qué
razón una multa a una antigua vecina, la señora de Alvarado y como ésta no
tuviese el dinero necesario para hacer frente al pago de la misma se vio
obligada a entregar a Naón cierta extensión de campo, que refieren es el que
actualmente ocupa el mencionado Club de Polo.
Entre los vecinos sobrevivientes de aquel entonces existe
don Damián Luján, que en la actualidad cuenta 87 años quien me ha informado que
alcanzó a conocer a Naón y que teniendo él 20 años de edad lo envió a la
frontera por no ser de los suyos.
Dícese que Naón tenía una frase muy común en él, al servir
las consumaciones en el boliche de su propiedad que era la siguiente:
“A la moda del Bragao, peso tomao, peso pagao”.
De lo que se deduce que no era muy amigo de fiar las copas a
sus parroquianos.
El mencionado vecino don Damián Luján, dice que en sus
mocedades fue peón de la galera que salía de Morón de casa de Videla y seguía
con ella hasta el lugar llamado Bajo Hondo (hoy Pontevedra), y de allí seguía
hasta lo de Zemborain que hoy viene a ser Marcos Paz.
Cuentan los de esa época las famosas carreras que se corrían
frente al boliche de Naón cuyas fiestas duraban de 8 a 10 días y entre una de
ellas, muy memorable, recuerdan la famosa carrera de la tropilla de don
Benjamín Zubiaurre que fue una de las más importantes de ese entonces.
Así es que las tropas paraban varios días en lo de Naón, no
sólo por la facilidad con que se formaban grandes corrillos de paisanos sino
que además proporcionaba una interesante comodidad para los arrieros y era que
próximo al local del negocio tenía grandes corrales donde se podía encerrar la
hacienda y dejarla a buen seguro de un extravío.
FRENTE A LA ACTUAL BARRERA 78 FUNCIONÓ LA HISTÓRICA PULPERÍA
SANTA ROSA (HOY CASA DEL SEÑOR BOLUDA)
Saliendo las tropas de lo de Naón se dirigían hacia el sitio
donde actualmente está trazado nuestro pueblo, parando en el no menos famoso
boliche de Santa Rosa.
Ese negocio tiene un especial visu de tradición.
Estaba ubicado primeramente en la propiedad que hoy es del
señor Boluda, sobre el camino Morón – Luján, a pocos pasos de la barrera 78 del
ferrocarril.
Allí se levantó por muchos años una casa de material, que al
frente, haciendo las veces de un mirador, tenía un balcón y por consiguiente su
consabida reja y ramada, palenques y demás comodidades para los viajeros.
Más tarde fue trasladado a la esquina, en una casa de madera,
precisamente donde en la actualidad existe otra casa de ese material, que por
cierto no es la auténtica de aquel entonces.
El primitivo dueño del boliche Santa Rosa fue un español que
llamóse don Juan Arnalde y tuvo por esposa a una señora llamada Rosa.
Posteriormente el negocio pasó a poder de don Antonio
Ferrando, quien fue casado en primeras nupcias con doña Rosa Melogna y en
segundas con doña Rosa Mesetta (esta respetable anciana que aun vive en nuestro
pueblo).
La circunstancia fortuita de que las esposas de todos los
dueños de ese negocio se llamaran Rosa, hizo que fuerza de la costumbre, el
mismo quedara consagrado con el nombre de boliche de “Santa Rosa” y así fue
conocido en esos tiempos, en muchas leguas a la redonda y que a no dudar,
también por una rara coincidencia, la denominación que dieron los paisanos a
ese negocio fue la que sirvió para que el actual pueblo Santa Rosa, llevase ese
nombre.
Así es que puede imaginarse, la popularidad que tendría en
esos años el boliche de Santa Rosa, para que más tarde su nombre se haya
perpetuado, llamando así al pueblo que después se fundara en sus alrededores.
Además, en las inmediaciones del actual pueblo Santa Rosa,
dicen que existió otro boliche más antiguo que aquél, pero por cierto no de
tanta importancia , el cual estuvo situado en la calle Santa Rosa, próximo a la
casa del vecino señor Arnal, y fue de propiedad de un tal Pedernera.
Como ese negocio no fuera de la popularidad del otro, poco o
nada casi puede decirse de él, desde que los antiguos vecinos sólo hacen una
somera referencia de su existencia.
EL FUNDADOR DE ITUZAINGÓ ERA GALLEGO Y SE HACÍA PASAR POR
PORTUGUÉS
En la época de la tiranía de Rosas llegó a las orillas del
Plata, natural de Galicia, don Manuel Rodríguez Fragio, quien comúnmente fue
conocido por don Manuel Rodríguez.
Para poder desembarcar tuvo necesidad de muñirse de un
pasaporte portugués, debido a la persecución que el tirano hacía a los de
origen español, y por esa causa, muchos fueron los antiguos vecinos que le creyeron
de nacionalidad portuguesa.
El referido don Manuel fue hijo de don Manuel Rodríguez y
doña Josefa Fragio y nació allá por los años 1835 a 1837.
Casó en artículo mortis con doña Angela Gutiérrez en el
pueblo de Merlo, el año 1868, dejando a su deceso que fue el 27 de febrero de
1899 los siguientes hijos: Alejandro, Eduardo, Fermina, Manuel, Sixta, Angela y
Felipe, de los cuales sólo viven en la actualidad Angela, de 77 años, viuda de
don Agustín Noguera, teniendo un hijo llamado Juan Ignacio; Felipe, de 73 años,
viudo de doña Eugenia Villarnovo de cuyo matrimonio tuvo tres hijos, uno
llamado Alberto Calixto y dos mujeres; y por último Fermina, que es de estado
soltera y cuenta 70 años de edad.
Tales son las personas que en la actualidad han sobrevivido
con vínculos más cercanos de familiares que fuera el fundador de este pueblo,
don Manuel Rodríguez Fragio.
En el pueblo de Merlo se conserva aún la antigua casona
donde viviera el señor Rodríguez y su familia a inmediaciones de la Iglesia en
la calle San José n° 395 esquina a la de Alem.
Dicho señor según refieren los que le conocieron, fue una
persona de una discreta preparación y lo he podido corroborar, leyendo varios
escritos de su puño y letra que he hallado en los archivos en el curso de mis
investigaciones para poder preparar este trabajo y además según versiones que
he recogido, en tono cariñoso respecto a él, se me ha dicho textualmente: “Era
un hombre grandote, de leyes saber, muy vivaracho y servicial]”.
EL FUNDADOR DE ITUZAINGÓ PAGÓ CON UN FRASCO DEGINEBRA UNA
PARTE DEL PUEBLO
A propósito del adjetivo aquel de “vivaracho” con que un
antiguo vecino lo ha recordado a D. Manuel Rodríguez me refirió este hecho que,
no hay duda, en algo justifica su apreciación.
Refiere que siendo casi un niño los padres lo mandaron de
compras al boliche de Pedernera y que tuvo oportunidad de presenciar una escena
que la recuerda con lujo de detalles.
Díjome que en ese momento escuchó que el señor Rodríguez
conversaba de negocios con otro vecino de estos lugares y llegaron a un
acuerdo, por el cual éste le cedía a aquél, una ”extensión de campo a cambio de
un frasco de “giñebra”(textual).
Ese hecho demuestra la suspicacia comercial que tuvo el
fundador de nuestro pueblo.
Y así fue como D. Manuel Rodríguez se presentó un día al
Excmo. Gobierno de la Provincia, gestando la idea de la formación de un pueblo
en estos lugares. Como documento de singular valor histórico, insertaré su
referida presentación, que vino a ser en sí la cuna del progreso y de la
civilización actual de nuestro pueblo, al que erróneamente se le denomina
Ituzaingó, cuando en realidad su verdadero nombre es Santa Rosa, dado que así
está catastrado y registrado en las diversas dependencias oficiales desde la
época de su formación hasta nuestros días.
UN INCONVENIENTE IMPIDIÓ QUE ITUZAINGÓ SE LLAMARA RODRÍGUEZ
Pero antes voy a explicar un detalle respecto al nombre.
El señor Rodríguez gestionó en su presentación que el nuevo
pueblo llevase su apellido y el Gobierno, en atención a que ya existía el
actual pueblo Gral. Rodríguez, próximo al que deseaba formar nuestro fundador,
vio una inconveniencia que podría servir a confusiones. En atención a ello, el
señor Rodríguez pidió que se designase al nuevo pueblo con el nombre Santa
Rosa, en razón de que estos parajes ya eran conocidos y mentados bajo esa
denominación por la existencia desde hacía muchos años atrás de la famosa
pulpería de Santa Rosa, de la que ya me he ocupado anteriormente. Tal fue la
razón para que nuestro pueblo se llamara así.
Esta versión la he recogido de labios de D. Felipe Rodríguez
el hijo del fundador, quien me asegura la veracidad de los hechos.
EL 11 DE OCTUBRE DE 1872 DON MANUEL RODRÍGUEZ INICIÓ LAS
PRESENTACIONES ANTE EL GOBIERNO PARA LA FUNDACIÓN DEL PUEBLO
Hoy precisamente hace 60 años que D. Manuel Rodríguez hizo
la siguiente presentación al Gobierno:
“Buenos Aires, octubre 11 de 1872.
Exmo. Señor
“D. Manuel Rodríguez de este vecindario, ante V.E. con el
debido respeto expongo: Que en un escrito anterior tuve el honor de ofrecer en
donación al Asilo de Huérfanos, una extensión de terreno, en el pueblo que
pensaba formar en el promedio de las estaciones Merlo y Morón y que V.E. como
acabo de decirlo, que me proponía fundar un pueblo en los terrenos de mi
propiedad, en los cuales la dirección del Ferrocarril Oeste me ha concedido el
establecimiento de una nueva estación.
“En el plano que acompaño a V.E. verá la ubicación del
terreno donado al Asilo, la situación de la nueva estación la traza del pueblo
que he proyectado, la que me ha sido ya medida y amojonada sobre el terreno”.
“También verá V.E. marcada con tinta carmín, la manzana que
dono para edificios públicos con frente a la plaza proyectada.
“He donado además al Ferro carril del Oeste, el terreno con
viso carmín, dentro del cual está pintada la estación”.
“Las calles de este pueblo son de 20 varas de ancho y de 30
varas dos calles adyacentes a uno y otro lado de la vía férrea”.
“Las manzanas son ochavadas, formando en cada esquina una
plazuela y sus dimensiones son de 100 varas por 140”.
“Deseando proceder a la venta de solares, he creído oportuno
ocurrir a V.E .solicitando se sirva prestar su Superior aprobación a la traza
del nuevo pueblo “SANTA ROSA” que presento.
“La conveniencia de esta fundación se presenta de suyo; ella
irá a formar un nuevo centro de población, a facilitar al vecindario la
satisfacción de sus necesidades, a ofrecerles una escuela, un templo, etc.
“Suplico por lo tanto a V.E. se digne prestar la aprobación
que solicito a la traza del pueblo proyectado. Es justicia. Manuel Rodríguez.”
“Octubre 11 de 1872
Informe del Departamento Topográfico.
Excmo. Señor:
“El Departamento Topográfico no ve inconveniente alguno para
que V. E. preste su aprobación al proyecto de traza para el pueblo de Santa
Rosa, que trata de fundar D. Manuel Rodríguez, en terrenos de su propiedad
entre Morón y Merlo. Las dimensiones y forma de las manzanas es conveniente,
así también la división interior de ella en solares, pudiendo en todo caso
aumentarse las dimensiones de estos. Las calles también tienen un ancho que,
sin ser exagerado, llena la condición de una fácil viabilidad y se presta a una
buena conservación”.
“Es cuanto al respecto puede informar a V.E. esta oficina.
Buenos Aires 15 de octubre de 1872 –Saturnino Salas – Germán Khur – Jaime
Arrufó”.
“Octubre 24 de 1872.
Visto el precedente informe apruébase el proyecto de traza
para el pueblo “Santa Rosa” que trata de fundar D. Manuel Rodríguez en terrenos
de su propiedad, entre los partidos de Morón y Merlo. Comuníquese esta resolución
a la Municipalidad de Morón, para que se reciba bajo la correspondiente
escritura pública de los terrenos que dona a dicho Partido el mencionado señor
Rodríguez y que se señalan con tinta carmín en el plano acompañado destinados a
edificios públicos, al señor Presidente del Directorio del Ferro Carril del
Oeste, por lo que respecta a la donación que también hace del terreno dedicado
a estación del mismo Ferro Carril comuníquese igualmente al Departamento
Topográfico esta resolución, hágase saber al interesado por Secretaría y
publíquese. – Acosta –Federico Pinedo”.
EN EL ACTUAL NEGOCIO DEL SEÑOR ARNAL FUNCIONÓ LA PRIMER
ESCUELA DEL PUEBLO (1874)
La primera Escuela Rural n° 4 allá por el año 1874, la cual
estaba situada en la calle Santa Rosa, en la casa que ocupa hoy el negocio del
señor Arnal, habiendo sido los primeros maestros D. José Bruschetto, D. Pío
Zanga, Da. María Buela, Da. Faustina Buela, D. Roberto Ford (igual que a la vez
también fue alcalde).
En esa escuela recibieron la educación primaria diversos
niños queen la actualidad son respetables vecinos, figurando entre ellos los
señores Pastré, Cieza, Firpo, Ferrando, Zanotti, Melano, Pirotto, Molteni,
Frettes, Degregori, Canepa, Malvicini, Rodríguez, Baez y otros que escapan a la
memoria.
El ferro carril solo tenía una vía que servía para los
trenes ascendentes y descendentes, existiendo solo dos pasos a nivel, uno
frente al boliche Santa Rosa (hoy Av. Puente Márquez) y el otro en la calle
Santa Rosa (frente a lo de Beltrame, donde más tarde estuvo el primitivo
negocio de los señores Pastré, de lo que me ocupo más adelante).
COMO SE INICIÓ LA CONSTRUCCIÓN DE LA ESTACIÓN EN EL AÑO 1873
En el año 1873 se inició la construcción de la estación del
ferrocarril (en el sitio donde actualmente está el edificio antiguo, que todos
conocemos).
Un vecino que aun vive, el señor Leonardo, tuvo la
oportunidad de presenciar los preparativos inherentes a la construcción de la
estación y al respecto refiere que un día con la consiguiente sorpresa vio que
un tren se detenía en estos parajes descendiendo de él varias personas con
elementos de trabajo y que comenzaron a colocar las estacas para abrir los
cimientos preguntando entonces qué es lo que se trataba de hacer, informósele
que era la estación y con el consiguiente regocijo llevó de inmediato la feliz
nueva a los demás vecinos.
Dicho señor también informa que él fue el que contribuyó
indirectamente a esa obra de progreso, pues fue el que acarreó los ladrillos y
otros materiales para la construcción de la estación, la cual quedó terminada
con solo dos habitaciones y un galponcito, todo con techo de teja a dos aguas.
El primer jefe que tuvo la estación de Ituzaingó fue D.
Gabriel Millán o sea en el año 1873, y más tarde le sucedieron los señores
Benítez, Lanata, Lenzi, Mascardi (éste vino el 1° de enero de 1880 y aun vive
en este pueblo) Cuello y otros que son más modernos y conocidos, no pudiendo
dejar en olvido tampoco en esta parte al estimado vecino D. Osvaldo Coquet, que
fue jefe de la estación por muchos años y en la actualidad vive jubilado en
este pueblo.
EN LA HOY QUINTA DEL SR. VINELLI SE FORMÓ UNA POBLACIÓN EN
EL AÑO 1845
Entre las primeras familias que después de la fundación del
pueblo se radicaron en estos lugares recuerdo a las que he mencionado en la parte
aquella de los primeros alumnos que concurrieron a la escuela rural n° 4 que de
por sí ello evidentemente demuestra que eran los hijos de los primeros
pobladores urbanos en estos parajes.
En este capítulo no puedo dejar de recordar la existencia de
otras familias que si bien es cierto no estaban radicadas en la misma planta
urbana del pueblo Santa Rosa ellas eran pobladoras mucho más antiguas y tan
cercanas a lo que más tarde fue el pueblo, que puedo considerarlas como otras
tantas de las que contribuyeron al progreso de estos sitios.
Me refiero a D. Santiago Loza, de quien según tengo
entendido quedan descendientes en el pueblo de Merlo.
Los antiguos que aún viven recordarán su tan popular figura.
Pues bien; D. Santiago Loza se radicó en estos parajes en el
año 1845 y en el año 1850 construyó la primera población de su campo, el cual
tomaba la zona que hoy comprende los campos de los señores de la Villa, Vinelli
y otros vecinos de esa zona.
La mencionada edificación se levantó en el campo que hoy es
del señor de la Villa y aún no hace muchos años se conservaba más o menos como
en la época de su construcción, pero en la actualidad ya no existe, por haber
sido demolida.
DA. CAMILA O GORMAN, EN SU TRÁGICA FUGA HACIA LOBOS, PASÓ
UNA NOCHE EN LA ACTUAL QUINTA DE VINELLI
D. Santiago Loza, en la época de la tiranía fue alcalde de
estos lugares, y respecto a uno de los hechos más conocidos de su época se
refiere que cuando el famoso y agitado suceso de la fuga de Da. Camila O Gorman
con aquel clérigo, la romántica pareja fue descubierta una noche por D.
Santiago bajo un ombú que había en su campo (hoy está dentro de la actual
quinta del señor Vinelli) quien les facilitó los medios para que siguieran en
su caravana amorosa en dirección a Lobos.
Allí fueron aprehendidos por el entonces Juez de Paz, D.
Elías Cieza, y la pareja fue remitida a Buenos Aires para terminar sus días con
su ejecución por mandato del dictador, en Santos Lugares.
FAMILIAS ANTIGUAS CON DESCENDIENTES EN EL PUEBLO
No podría tampoco dejar de lado en este aparte a otro
antiguo vecino D. Avelino Cieza, quien en el año 1865habitaba en el campo que
actualmente es de los señores Iparraguirre y tenía la rara habilidad de
confeccionar prendas para los aperos, que según cuentan era un primor ver los
tejidos que hacían con cuero, pues muchos fueron los que reconociendo su
difícil arte desde muy lejos venían en busca de los trabajos de D. Avelino,
para lucirlos después en sus pingos.
Una de las familias más antiguas de este pueblo es,
indiscutiblemente, la de Levantini, Don Hércules Levantini se radicó en esta
localidad en el año1867 y vivió aquí hasta hace un mes, en que falleció.
El señor Levantini, jefe de una estimada familia tiene
diversos descendientes que aun residen en Ituzaingó, las señoras Ernesta
Levantini de Nuin, Rosa Levantini de Luque, Amanda Levantini de Blanco y la
señorita Elvira Levantini.
Otra familia antigua es la D. Santiago Baez, radicada aquí
desde el año 1868, de la que vive en la actualidad en este pueblo D. Emilio
Baez, el que desempeñó el cargo de alcalde desde los años 1878 a 1890.
En el referido año 1868 también se radicó D. Antonio
Rodríguez, pero de este vecino no he podido obtener mayores antecedentes.
La familia de Banchero también es de las antiguas; en el año
1868 poblaron un campo que en la actualidad viene a ser las inmediaciones de
las calles Sarmiento e Ituzaingó.
Vuelvo a recordar en este capítulo a la familia de Ferrando,
cuya antigüedad está corroborada con la existencia del famoso boliche Santa
Rosa que he mencionado anteriormente en este trabajo.
D. Juan Seré en el año 1868 se instaló en los campos que
actualmente poseen sus sucesores y desde ese entonces tiene el origen la
distinguida familia que hoy lleva su nombre.
Al poco tiempo de haberse fundado el pueblo fijaron su
residencia en él los señores Felipe Ferrando, Agustín Leonardo, Antonio
Degregori, Gerónimo Firpo, Felipe Pastré y otros que escapan a la memoria de
los cuales en la actualidad están radicados en esta localidad sus respectivos
sucesores.
Don Gerónimo Firpo, padre del actual D. José Firpo, se
radicó el 6 de enero de 1874 en el sitio donde hoy existe la quinta conocida
por su apellido, dedicando sus actividades a la plantación del olivo y la venta
en gran escala de la semilla del cardo de Castilla, que según parece en ese
entonces era muy solicitada.
De esa familia nos queda en la actualidad el popular y
estimado vecino “Don Pepe” sobre cuya figura huelga todo comentario.
Otra persona que se destacó en esos años por su actividad
comercial fue F. Felipe Pastré que vino a este pueblo el 10 de mayo de 1874,
padre de los estimados y conocidos vecinos señores Pastré.
Don Felipe se radicó en esa fecha en la antigua casa de
Beltrame, instalando su primer negocio de almacén.
LOS EDIFICIOS MÁS VIEJOS DEL PUEBLO QUE AÚN EXISTEN
Esa casa de acuerdo al resultado de mis investigaciones la
considero la más antigua sin refacción alguna que le haya modificado su
primitiva característica, pues aun en ella quedan los vestigios de la enramada
en la cual estaba instalada la reja por donde se expendían los artículos a la
usanza de aquel entonces.
Está situada en la calle Santa Rosa haciendo esquina al
callejón lindero a la vía, limitando con la quinta del Sr. Firpo y en esa casa
fue donde nacieron casi todos los hijos del señor Pastré.
Más tarde allá por el año 1887 dicho señor construyó la casa
de altos situada en la calle Soler, conocida por todos los vecinos.
Ese edificio que conserva las mismas líneas desde el año
1887 en esa época fue todo un exponente de progreso, desde que no había otro en
los alrededores de tal magnitud.
Dentro del égido de este pueblo restan como edificios
antiguos fuera de los mencionados, el que está ubicado en la esquina de la
calle Santa Rosa frente a la casa del señor Arnal, conocido por el antiguo
almacén de Astiz, más o menos inmediato a éste están las casas de los señores
Cánepa y Gaggero, linderas entre sí que también datan más o menos de la época
de la fundación del pueblo.
La proximidad de todos esos edificios antiguos dan la
impresión de que el primitivo núcleo de población se formó a inmediaciones de
la actual calle Santa Rosa y que posiblemente más tarde la importancia que
trajo el funcionamiento de la estación hizo que el progreso se radicara
alrededor de la misma.
Otras de las casas primitivas es la antigua quinta que fue
conocida por la de la viuda de Ratti, hoy de propiedad de la familia de Benvenutto
(dicha señora no tenía vínculos de familia con el malogrado D. Carlos J.
Ratti). Dicen respecto a esa casa que puede ser considerada como una de las más
antiguas de estos lugares y los vecinos que hemos alcanzado a conocer el
edificio antes de refaccionado, podemos atestiguar sobre su antigüedad. Otro
detalle que abona esa razón está corroborado por las hermosas casuarinas que la
rodean, que por el tamaño de las mismas se puede deducir los años que tienen en
ese sitio.
ALGUNOS DETALLES SOBRE EL BOLICHE “LA LECHUZA”
En esos alrededores también existió un boliche que aún
cuando no tiene la antigüedad que le atribuyen muchas personas tiene su relativa
importancia, debido al nombre que adquirió en esos años.
Se trata del boliche conocido por “La Lechuza”. Su nombre
proviene en razón de que su dueño fue un vasco apodado “Lechuza” y la
importancia que tenía el negocio era por dos razones: una la situación
estratégica por haber estado en el camino al bajo de Morón de donde se seguía
para el lado de San Justo y otros pueblos situados al Sud y ola otra causa
quizá la más importante era esta: Las tropas que venían del Norte, pasaban por
Puente Márquez y utilizando los corrales que tenía el boliche de Naón para
encerrar la hacienda, los troperos y reseros hacían un descanso prolongado para
continuar su viaje. Saliendo de lo de Naón, llegaban al boliche de Santa Rosa,
donde hacían un pequeño alto y de ahí tomando por el actual camino Morón –
Luján doblaban en la calle Santa Rosa hasta llegar al boliche de “La Lechuza”
para seguir brindando las comodidades que ya no daban aquel otro negocio.
UN ANTIGUO VECINO A QUIEN ITUZAINGÓ DEBE MUCHO: EL TENIENTE
CORONEL CÉSAR CARDOSO
No podría cerrar este capítulo que menciona los vecinos que
contribuyeron al progreso del pueblo sin hacer una breve reseña de uno de ellos
cuya actuación aún hay algunos habitantes que la recuerdan con cariño y
respeto.
Me refiero al Tte. Coronel D. César Cardoso
Nació en Buenos Aires en el año 1830 y las exigencias de la
tiranía de Rosas obligó a su familia en el año 1844 a emprender una furtiva
huida a Montevideo donde permaneció seis años hasta la caída del tirano. Allí
siendo muy joven el más tarde comandante Cardoso se vinculó con argentinos
distinguidos que sufrían como él las consecuencias del exilio y especialmente
trabó relaciones con los jefes de los barcos ingleses y franceses que
bloquearon en esa época al puerto de Buenos Aires interesándose especialmente
por los adelantos de los países europeos y así fue como fuése formando el
temple de un hombre que más tarde sería tan útil al país y a este pueblo.
Regresado del exilio en el año 1852, se radicó en estos
lugares en el año 1857, formando la quinta conocida hasta hace poco por su
nombre de la cual el progreso y la subdivisión de la tierra ya no deja casi
vestigio alguno.
Al establecerse en las proximidades de lo que más tarde
sería el pueblo Santa Rosa, y en razón de su refinado gusto, se dedicó a formar
su quinta con las plantas más preciadas y así fue como valiéndose de la amistad
que conservaba con los señores Favies, Lezama, Almeira, Marón de Holmberg y
Valentín Alsina, unos botánicos y otros grandes admiradores de la botánica, hizo
con ellos un variado intercambio de semillas y plantas, formando un interesante
parque en su casa quinta.
En el año 1858 un amigo vecino de las islas del Paraná le
envió un casal de cachorros de tigres y el señor Cardoso los envió al Jardín de
Plantas de París, en aquel entonces el más renombrado del mundo, a cambio de algunas plantas o semillas
y así fue como al poco tiempo se le enviaron varios cajoncitos conteniendo
semillas, injertos de perales, ciruelos y damascos y carozos de duraznos y con
la reproducción de los mismos se formaron los plantíos de importantes quintas
de Buenos Aires y Morón, entre ellas las de Mascias, Williams, Gaebeler y otras
más.
Las campañas de Cepeda y Pavón y más tarde la guerra del
Paraguay, obligaron al comandante Cardoso a estar ausente de estos lugares por
más de seis años. A su regreso ocupó una de las bancas en el Consejo Municipal
del Partido de Morón en unión de otros vecinos honorables, designado al efecto
por el Gobierno de la Provincia, pues en ese entonces los cargos duraban dos
años, sin acto electoral alguno.
En el año 1872, época de la fundación del pueblo Santa Rosa,
el comandante Cardoso estuvo ausente de estos lugares, pues el Gobierno lo
había enviado a fronteras como Jefe de Maestranza Movible, para organizar la
reparación de los fortines, armamentos y demás efectos bélicos utilizados en la
campaña contra el indio.
A su regreso se esforzó por el mejoramiento de los caminos y
otros beneficios en favor del pueblo y del Partido de Morón y así fue como
colaboró en ese sentido con los vecinos más destacados en bien de la obra
pública en general.
En el año 1878 el Gobierno le nombró Juez de Paz del Partido
de Morón y en ese sentido su obra fue proficua; organizó la policía, terminando
con el malevaje, cuatreros y demás elementos indeseables que habían sentado sus
reales en el Partido y como Juez de Paz, se recuerda su actuación con respeto,
pues de los estrados del Juzgado alejó al pica pleitos, limitó muy
especialmente el sistema de las multas
que se aplicaban “porque sí” y sobre todo evitó muchos pleitos, llevando a los
litigantes a la transacción amistosa, tan es así que aún hay vecinos que
recuerdan una de sus frases más comunes en el arreglo de los asuntos: ”Yo soy
Juez de Paz y no de Guerra”.
En el año 1880 actuó de Comandante del batallón de Morón y
en unión de sus hijos marchó a Mercedes para reunirse con las fuerzas del
coronel Arias, combatiendo en Olivera y los Corrales.
Entre las últimas obras de progreso que hizo en el pueblo
Santa Rosa, se recuerda la formación de la plaza que hoy existe al lado norte
de la estación, la que en unión de varios vecinos progresistas fue hecha con
donaciones de plantas y la contribución particular de peones y otros elementos
de trabajo, existiendo en la actualidad muchos vecinos que la recuerdan como un
ejemplo edilicio, pues tenía sus canteros y arboledas que hacían armonía entre
sí, su correspondiente pozo para agua e instalaciones de cañerías y demás para
el riego.
Después de muchos años esa plaza fue abandonada y se construyó
la otra que actualmente existe en el lado sud de la estación.
Otra de las obras que merece un recuerdo especial para el
comandante Cardoso, es la actual escuela n° 6.
Por sus activas e inteligentes gestiones, en la época en que
el doctor Vega estuvo al frente de la Dirección General de Escuelas se
construyó ese edificio fiscal, en el cual han recogido la enseñanza muchos
niños, de los cuales algunos en la actualidad son distinguidos profesionales.
Igualmente organizó la primer comisión de fomento entre los
vecinos del pueblo, la que más tarde por la infiltración de la política quedó
dividida en dos bandos, los del norte y los del sud, malogrando así el progreso
que pudo haber tenido el pueblo en general si las cosas hubiesen marchado en
perfecta armonía.
Esa es, a grandes rasgos, la figura del comandante Cardoso,
que falleció en su antigua casa quinta de este pueblo el 18 de abril de 1913, a
la edad de 83 años sin que hasta el momento haya recibido el justiciero
homenaje que le es deudor el vecindario de este lugar.
OTROS VECINOS QUE HAN CONTRIBUIDO AL PROGRESO DEL PUEBLO
Hay otros vecinos que en una u otra forma contribuyeron en
beneficio del pueblo. Recuerdo al doctor Laureano Rufino, médico, que formó el
monte de su casa quinta en el año 1874.
Es de todos sabido que en el camino a Morón, antes de la
pavimentación del actual camino Morón – Luján, era famoso el paso en las épocas
de lluvias frente al monte y no pocos han sido los que en el pantano han tenido
que pernoctar esperando el paso de algún otro vehículo que les prestase los
medios de salir.
El doctor Rufino, en su misión de médico fue una persona muy
estimada y aún son muchos los vecinos que le recuerdan con afecto.
Don Pedro Blomberg, otro antiguo poblador, en el año 1887
formó la casa quinta que más tarde fue conocida por de Delfino y aquel hermoso
monte de eucaliptus y frutales que muchos hemos alcanzado a conocer hoy con la
subdivisión de esa tierra ya ha desaparecido.
Don Juan Antonio Agrelo y más tarde su sobrino D. Emilio
Agrelo poseyeron una extensión de campo que arrancaba desde la actual calle
Santa Rosa hasta lindar con el puente de Márquez, y entre los trabajos de
importancia que efectuaron se nota la existencia de la hermosa arboleda que hoy
rodea la Colonia de Crónicos de Ituzaingó y posteriormente D. Emilio Agrelo
como vecino fue uno de los que mucho hicieron en pro del mejoramiento del
pueblo, dedicando mucho tiempo a diversas obras de carácter edilicio.
Otro vecino que es recordado con afecto D. Juan L. Narbondo,
desde mucho tiempo atrás y en la actualidad toda obra de carácter público para
el pueblo lo cuenta entre los más decididos colaboradores y especialmente como
ingeniero hizo un interesante estudio de niveles de toda esa zona para resolver
el problema de los desagües, cuyo estudio en la actualidad ha sido tenido en
cuenta para la ejecución de diversos trabajos de orden público.
Y así hemos llegado, estimado lector, después de haber
discurrido sobre los años que se han ido, a la época que conocemos, que si bien
es cierto como antecedente histórico nada nuevo ha de aportar, pero como
antecedente de progreso para aquellos que no conocen nuestro pueblo no deja
detener su importancia.