No seríamos justos si al
referirnos al progreso de Ituzaingó, en su lenta pero incesante evolución,
omitiéramos señalar un factor decisivo: la electricidad.
Hay grandes jalones plantados en
la senda de este pueblo. El ferrocarril, la electrificación ferroviaria como
complemento, el camino afirmado Morón-Luján, el afirmado de sus calles y, de
especial manera, la inauguración del servicio de alumbrado público y
particular.
La colocación de los primeros
focos cada doscientos metros en las calles constituyó un acontecimiento. El
servicio particular en los hogares acrecentó aquella manifestación progresiva.
Desde entonces el servicio de
electricidad ha señalado continuos mejoramientos. La luz más intensa, las
tarifas en descenso cada vez mayor, las facilidades de todo orden para adquirir
en la misma compañía aparatos de utilidad en el hogar, la colocación de focos
cada cien metros, la extensión del servicio hasta Villa Ariza y otros puntos
lejanos del pueblo, y muchos otros detalles similares.
De este modo el nombre de la
Compañía Argentina de Electricidad se ha vinculado en forma intensa al progreso
de Ituzaingó. Y es evidente que esa vinculación será permanente pues no es
posible suponer futuras manifestaciones de adelanto sin relacionarlas directa o
indirectamente, con la electricidad, el invento más revolucionario en las
conquistas humanas.
Las actuales tarifas para el
suministro de corriente son relativamente módicas, si se las compara con las
que rigen en otras localidades de la provincia de Buenos Aires. Por otra parte,
la compañía acuerda a sus clientes tarifas especiales en relación al consumo
que realizan y de acuerdo a los aparatos instalados en los hogares, facilidad
que no rige en ninguna otra industria.
El gerente de la Compañía
Argentina de Electricidad es el señor Ulises Carozo, cargo desde el cual ha
sabido conquistarse la consideración y estima general de la población del
partido de Morón, por la amabilidad y gentileza que ha puesto invariablemente
en sus relaciones con el público y por el criterio prudente y mesurado con que
supo resolver las múltiples dificultades que surgen en una compañía tan
importante como la Argentina de Electricidad.
En este pueblo se halla al frente
de la sucursal el señor Diego Arufe, vecino sumamente estimado y que también,
en la esfera de sus funciones, ha sabido dar evidentes pruebas de buena
voluntad y corrección, lo que le ha valido la consideración de sus superiores y
la estima del público en general.